lunes, 26 de febrero de 2007

Estrella

Las estrellas están asociadas con deidades.
Una de las representaciones más antigua de una estrella fue la de 8 rayos (Planeta Venus), de la diosa sumeria Innana.



Igualmente, la Stella Maris (Estrella del Mar) fue asociada con la Virgen María.



Las estrellas jugaron un importante papel en las creencias religiosas del Antiguo Egipto. Los templos estaban alineados para que determinadas estrellas brillasen a través de diminutas aberturas, iluminando las cámaras interiores y estatuas en festivales específicos. Sirius estaba conectado con la diosa Isis y la inundación del Nilo, y Orión con su compañero Osiris.



En la imagen, Orion



En el antiguo Egipto, el Año Nuevo comenzaba con el regreso de Sirio. Por eso se la llamaba “estrella del Nilo” o “Estrella de Isis”. Hace unos 5,000 años, este “aparecer casi simultáneo” (apareciendo justo un poco antes que el Sol) no ocurría en Agosto, como es el caso de hoy en día, si no que más bien, ocurría alrededor del 25 de Junio.

Cuando veían a Sirio alzarse justo antes que el Sol, ya sabían que los “Días del Nilo” habían llegado. Su reaparición anual era un aviso para las gentes que vivían a lo largo del río Nilo. La estrella siempre regresaba justo antes de la crecida del río y de esta manera anunciaba las inundaciones, que servirían para mejorar la fertilidad de los campos las tierras. Entonces la gente abría las compuertas de los canales que irrigaban sus campos.





Los sacerdotes, eran los guardianes del calendario. Desde su templos avistaban el primer alzamiento sobre el cielo del Can Mayor. En el templo de Isis-Hathor en Dendera , l final de un pasillo alineado por altas columnas, se encuentra una estatua de Isis con una joya en la frente de la diosa. La estatua estaba orientada hacia el creciente Sirio, de forma que la luz del regreso de dicha estrella pudiese caer sobre la gema. Cuando los sacerdotes del templo veían brillar la luz de la estrella por primera vez sobre la gema, anunciaban el Año Nuevo. En el templo aparece la inscripción: “Su majestad Isis brilla dentro del templo en el día del Año Nuevo, y mezcla su luz con la de su padre Ra (el Sol) en el horizonte.”



A la constelación de Sirius también se la conoce como la del Can Mayor. Esto nos hace recordar la frase "hace un calor de perros", que viene precisamente de la época de los egipcios. Cuando la estrella “del Can mayor”, Sirio, se alzaba en conjunción (o casi) con el Sol, los egipcios pensaron que la combinación de la mayor luminaria (el Sol) y la estrella nocturna más brillante (Sirio) eran responsables por el extremo calor que se experimenta durante la mitad del período veraniego.

Los antiguos griegos veneraban las Pléyades porque su ascensión anunciaba el principio del verano, y su descenso anunciaba el invierno.

En la cultura aborigen la Estrella de la Mañana (Venus) se asocia con la historia de la noche y el día, la vida y la muerte, simbolizando el paso del Espíritu de un estado a otro.

Muchas tribus nativas americanas creen que las estrellas son los fuegos del campamento de los antepasados.

En las culturas nórdicas, se creía que las estrellas eran ascuas colocadas en el cielo por el dios Odín y sus hermanos Vili y Ve.




Los astrólogos creen que las estrellas pueden predecir el futuro.

La súbita aparición de algunas estrellas se considera un presagio.

Los cristianos asocian las estrellas con nacimientos especiales (Cristo, Santo Domingo).




Los japoneses creen que las estrellas fugaces son los espíritus de los muertos, y verlas trae mala suerte, mientras que en Europa traen suerte y hay que pedir un deseo al verlas.



Los chinos creen que las estrellas afectan directamente a los acontecimientos de la Tierra. Los emperadores, son hijos del Cielo. La creencia tradicional china es que todo el cielo gira en torno a la Estrella Polar, donde se sienta el Emperador Celestial rodeado por sus cortesanos. La Osa Mayor o Carro se creía que controlaba el equilibrio del Ying y el Yang en el Universo, y representada como tres estrellas, era uno de los "Doce Ornamientos" borados en los ropajes imperiales.

Los chinos, escudriñando el cielo, tomaron referencia de las posiciones de la Osa Mayor, y observando la sombra del sol con referencia a una regla, determinaron 4 direcciones: Por donde sale el sol (este) y por donde se oculta (oeste), así como la dirección de la sombra más corta es al sur y la de la más larga al oeste.

Observando también la Osa Mayor, vieron que cuando estaba en el Este era primavera, en el Sur verano, en el oeste, otoño y en el Norte, invierno.

En Bretaña se conocía a la Osa Mayor como la carreta de Arturo, relacionado quizá con la palabra galesa Arth, que significa Oso, y con imágenes celtas y nórdicas de varios dioses de pie en carretas.




El tarot tiene su propia carta con el nombre de Estrella.





ESTRELLA DE CINCO PUNTAS O PENTAGRAMA

El pentagrama es un poderoso símbolo de protección y balance y se muestra aquí en su forma elemental con el quinto elemento del Espíritu que toma su posición por encima de los otros cuatro elementos. El pentagrama incluye el Yin-Yang que enfatiza la armonía con la naturaleza.

ESTRELLA DE 6 PUNTAS O HEXAGRAMA

El Hexagrama o Estrella de David es un símbolo potente de la interacción de lo Divino con lo terreno, de Dios y la Humanidad. El hexagrama ilustra sus vínculos con el mantra de seis sílabas Avalokiteshvara.

ESTRELLA DE 7 PUNTAS O SEPTAGRAMA

Es un símbolo de la integración y su carácter místico relacionado al número siete. Está asociado con los siete planetas de la Astrología clásica y los otros sistemas que involucran el siete, como los Chakras hindús.

ESTRELLA DE 8 PUNTAS U OCTAGRAMA

Es un símbolo de la plenitud y la regeneración y su relación con los sistemas asociados al ocho como los Trigramas del I Ching, la rueda pagana del año y el Ogdoad del antiguo Egipto.

ESTRELLA DE 9 PUNTAS O NONAGRAMA

Representa la estabilidad y como esta estabilidad esta sujeta al cambio. También se relaciona con sistemas que involucran el nueve como los nueve Kanji taoistas que son similares a los Chakras hindús.